La ruta era rumbo a Puerto Plata – Sosua y yo loco por incluir a Cabarete en esta travesía. Salimos tempranito en una doble cabina, mi cinturón puesto y cámara para obtener fotos interesantes que podría publicar en este espacio.
Autopista Duarte después del peaje, de camino a la ciudad turística de grandes riquezas naturales y teleférico incluido, que en cuyo trayecto existen un sin numero de paradores para ir al baño, tomarse un café o simplemente comer algo. En este viaje conocí al de Miguelina, es una parada elitista única en la zona, en la cual quede asombrado con la elegancia, limpieza y decoración de su baño para el publico y que junto al lavamanos te colocan una botella ''kin sai'' (tamaño familiar) de enjuague bucal.
Al llegar a Santiago, me encontré con algo de lo que me habían hablado en ciertas ocasiones, pero hasta que no lo viera no creería, los semáforos con sus relojes cronómetros incluidos a la vista del conductor que te indican el tiempo restante para el cambio de la señal. Muy buen invento pero en ocasiones puede resultar desesperante para personas que anden con mucha prisa. El solo ver lo lento que disminuye un dijito la cifra, crea a la persona un grado de desesperación desconcertante.
Pero antes de salir de la ciudad corazón es requisito imprescindible detenerse en la Estrella Sadhala antes de la rotonda, a degustar las piñas más dulces que he probado en mi vida, los pedazos envueltos en fundita roja transparente por solo 10 pesos.
Autopista Duarte después del peaje, de camino a la ciudad turística de grandes riquezas naturales y teleférico incluido, que en cuyo trayecto existen un sin numero de paradores para ir al baño, tomarse un café o simplemente comer algo. En este viaje conocí al de Miguelina, es una parada elitista única en la zona, en la cual quede asombrado con la elegancia, limpieza y decoración de su baño para el publico y que junto al lavamanos te colocan una botella ''kin sai'' (tamaño familiar) de enjuague bucal.
Al llegar a Santiago, me encontré con algo de lo que me habían hablado en ciertas ocasiones, pero hasta que no lo viera no creería, los semáforos con sus relojes cronómetros incluidos a la vista del conductor que te indican el tiempo restante para el cambio de la señal. Muy buen invento pero en ocasiones puede resultar desesperante para personas que anden con mucha prisa. El solo ver lo lento que disminuye un dijito la cifra, crea a la persona un grado de desesperación desconcertante.
Pero antes de salir de la ciudad corazón es requisito imprescindible detenerse en la Estrella Sadhala antes de la rotonda, a degustar las piñas más dulces que he probado en mi vida, los pedazos envueltos en fundita roja transparente por solo 10 pesos.
De aquí en adelante hasta llegar a Puerto Plata todo es monte y culebra, no hay hechos que relatar en este escrito. Llegue a Puerto Plata y luego de cruzar la calle Penetración al Muelle solo resto introducirnos al pueblo. En una de las angostas callecitas delante de nosotros iba la novia de Toño encaramada en la cola de un motor con sus engalanadas trenzas color amarillo oro.
De Puerto Plata a Sosua solo fue como dar una vuelta a la manzana de lo breve que fue y de regreso a la ciudad nos encontramos con tremendo aguacero que solo nos permitió una pequeña parada en Turey en búsqueda de unas bolitas bien redonditas blancas de queso de hoja.
1 comment:
Lovved reading this thanks
Post a Comment