Boda y Barbarella

Hace mucho tiempo que no realizaba mi movimiento "Ninja" favorito, una noche de dos por uno.

Llego la gran noche para mi amiga Rhina, aquella que solo se tiene una vez en la vida; su boda. Allí estuve en la iglesia desde temprano para ser testigo sin firma de este gran momento y digo sin firma porque casi me levanto cuando el padre dijo: "Que pasen los testigos"; pero me contuve.

Sin más preámbulo y luego de que el padre los uniera en matrimonio pasamos a celebrar, aquí entra el escritor de este blog a la mesa 6 donde rodeado de viejos amigos universitarios pasamos una noche estupenda.

Luego de la cena sonaron los tambores de la sorpresiva hora loca brasileña donde se bailó hasta abajo junto a las bellas bailarinas de samba, confeti, sombreros y mucha algarabía de los presentes.

Aproximándose casi las dos de la mañana, era la hora de mi "After Party" donde como por arte de magia desaparecí el traje y la corbata, un abrir y cerrar de ojos, y sin pensarlo dos veces ya estaba en mi segundo cambio de ropa de la noche realizado en un estacionamiento de un hotel de la ciudad.

Llegué a Barbarella a las dos de la mañana sin boleta, sin carga en el celular y con todas las ganas de amanecer bailando y terminar de disfrutar mi noche.

Compre boleta en la entrada, un tumulto en la entrada a la que iba pero todo bien, solo dure diez minutos perdido en medio del tumulto, pero créanme que valió la pena.

Excelente evento cargado de buena música, definitivamente lo necesitaba para recargar el alma de bonche que llevo dentro en el que baile hasta que me fui casi con la salida del sol junto un selecto grupo que sabe disfrutar de noche la buena música.

Disfruten la vida y la juventud que solo es una, nos vemos en el próximo y les dejo unas cuantas fotos.