12 de la media noche, un aguacero encendío con ráfagas de viento tal cual huracán que nos llegaba de sorpresa. La espera dentro del vehículo se hacía desesperante pero en algún momento dejaría de llover y así fue.
Lastima de aquellos que se fueron por la lluvia, no saben lo que se perdieron luego que se aclaro el cielo. Sin duda alguna mis jeans blancos no sirvieron para más nada, el vapor subía hasta la tarima, la gente brincaba con la música y me incluyo.
Definitivamente se produjo allí la antesala del inicio del verano y el próximo evento titulado como Barbarella.
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